En nuestro entorno, alrededor, percibimos continuamente infinidad de sensaciones, que se introducen en nuestro cuerpo, procesamos e interpretamos a través de los sentidos.

Y no solo percibimos sensaciones a través de los sentidos más conocidos, nuestro organismo también recibe aportes adicionales por el sentido del movimiento o el equilibrio, o la conciencia del cuerpo, por ejemplo.

El disfrute de una Trenza de Almudévar conlleva una multiplicidad de sensaciones que nos evocan, nos generan momentos y experiencias de felicidad.

• Al abrir la caja, percibirá la fragancia de nuestra Trenza de Almudévar, recién hecha, en el que se funden el aroma de la mantequilla, el de frutos secos tostados y el suave perfume de ron con las pasas
• Al degustar nuestra Trenza de Almudévar, se le ofrece un contraste de sabores y matices.
• La textura crujiente de la glasa y corteza en el exterior, y textura tierna y cremosa por dentro.
• Su miga tierna y la cremosidad de su relleno.
• Los aromas de la mantequilla, y de la nuez y almendra caramelizados al horno, con el perfume del licor de las pasas.
• Una sucesión de sabores redondos, envolventes, seductores, frescos, naturales.

Son el resultado de un producto natural de bollería, sin aditivos, que, tras un largo proceso de fermentación basada en nuestros fermentos naturales, y una cuidada cocción, se ha convertido en la principal referencia de la pastelería de Aragón.